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Arqueología Industrial. Alto Almanzora. Las Menas de Serón y el jaboncillo de Somontín

Entre los atractivos del Patrimonio Histórico de esta norteña comarca almeriense, Las Menas de Serón guarda unos testimonios de la minería del hierro en un paisaje espectacular, además de una memoria reciente, pues las minas se cerraron en 1968. El complemento es el laboreo del talco en unas minas artesanales en el pequeño municipio de Somontín, también con una tradición muy reciente.

Este itinerario quizás sea el más radical y el que menos nos dejará indiferentes, pues subiremos hasta la alta montaña (Calar Alto) antes de descender al valle. También tendremos oportunidad de disfrutar del casco urbano de Serón en la distancia, asido a la montaña y dominado por los volúmenes de la iglesia parroquial y el castillo, espacios que fueron escenario en 1570 de uno de los enfrentamientos más sangrientos entre los moriscos y las tropas cristianas de D. Juan de Austria, cuya victoria decantó el curso de la guerra de los Moriscos.

Antiguas oficinas de la compañía minera en Las Menas de Serón, hoy convertidas en recepción, bar y restaurante © Fotografía: Paco BonillaAntiguas oficinas de la compañía minera en Las Menas de Serón, hoy convertidas en recepción, bar y restaurante © Fotografía: Paco Bonilla

Pero esa es otra historia. Nuestro interés se centrará en el complejo minero de Las Menas, y destacamos la mezcla de un paisaje magnífico en la umbría de la sierra de los Filabres (los matices de la vegetación, especialmente en primavera u otoño, son muy atractivos), la dotación de un Centro de Interpretación y el reconocimiento de los restos del antiguo complejo minero.

No debemos olvidar Somontín, con su espectacular mirador al valle del Almanzora, aunque nuestro centro de interés será el recuerdo de la extracción del talco, también llamado jaboncillo, todavía presente en la memoria de los vecinos.

Antiguo cargadero de hierro de Los Canos (Serón) © Fotografía: Paco Bonilla Antiguo cargadero de hierro de Los Canos (Serón) © Fotografía: Paco Bonilla

 

    • Maribel García Sánchez (Historiadora del arte) y Antonio Azor (Maestro e investigador de la minería del talco)

    • Cogemos la autovía A-92 en dirección a Granada y a la altura de Gérgal nos desviamos por la A-1178, que nos conduce por una carretera de montaña, serpenteante y relativa pendiente, aproximadamente unos 20 kms, hasta llegar a los 2000 m de altitud del Observatorio Astronómico de Calar Alto. El esfuerzo y las curvas habrán merecido la pena pues las vistas panorámicas son difíciles de superar. Solamente deberemos consultar, si subimos en invierno, la situación metereológica, para no llevarnos una sorpresa.

      Desde aquí todo será descenso hasta Serón. Lógicamente nos desviaremos por la AL-5406 para acceder a Las Menas, aparcando el coche junto al acceso al camping, pues haremos un pequeño itinerario por las antiguas instalaciones mineras y el Centro de Interpretación de Las Menas.

      Vista antigua cantera de jaboncillo en Somontín © Fotografía: Antonio AzorVista antigua cantera de jaboncillo en Somontín © Fotografía: Antonio Azor

      Concluida la visita al conjunto minero aconsejamos bajar a Serón por este Camino Viejo o de las Menas, la carretera AL-5406 (no accesible en autocar),  aunque podemos llegar también por la A-1178 que traíamos de partida, más larga pero con  mejor trazado. El llamado Camino Viejo es estrecho y con curvas, pero encantador, y nos permitirá disfrutar del túnel de San Miguel, punto de partida del cable aéreo que llegaba hasta el ferrocarril, o la ermita de Santa Bárbara, con su inconfundible sabor anglosajón.

      Una vez llegado al valle una rotonda a la entrada de Serón nos desvía a la izquierda por la A-1182, que tomaremos en un km aproximadamente hasta un nuevo desvío a la izquierda, que nos lleva por la AL-6404 y en apenas 900 m estamos en la explanada de la antigua estación de ferrocarril de Serón y el cargadero de hierro. Tomamos la Vía Verde del Hierro para acceder al Cargadero de Los Canos en apenas 4 kms, justo poco después de atravesar bajo la autovía del Almanzora A-334, todavía en construcción. Al terminar la visita cogeremos un sendero de unos 500 m por el barranco de Canata para llegar de nuevo a la A-1178, punto de partida.

      Una vez concluida nuestra ruta por los restos de la minería del hierro de Serón cogeremos hacia Levante la vía conectando todo el Almanzora, la A-334. En poco más de 10 kms un desvío señalizado a la izquierda nos lleva por la AL-6103 hasta Somontín, espacio de las huellas de la minería del talco.

      Para regresar tenemos dos opciones, tras regresar a la autovía del Almanzora, la A-334. O bien nos desviamos a la altura de Olula del Río por la carretera de las Canteras, la A-349, que nos llevará hasta Tabernas a través del Collado García, a 1250 m de altura (camino más corto, con pendientes, pero con magníficas vistas), para enlazar con la N-340A. O bien seguimos la A-334 hasta el cruce de Overa, donde conectamos con la A-7, ruta más larga pero con una carretera más tranquila y en autovía. Podemos elegir distinta sensaciones.

       

Programa

 

    • OBSERVATORIO ASTRONÓMICO Y COLLADO DE CALAR ALTO 

    • Aunque no forma parte de  nuestro centro de interés, la minería del hierro, estamos a 2168 m de altura, la cumbre de la sierra de los Filabres, con sus magníficas vistas panorámicas, y necesitamos un pequeño descanso para recuperar de cuestas y curvas de la subida. Justo en la cumbre un pequeño desvío señalizado nos lleva al Observatorio Astronómico de Calar Alto  y tras unos 300 m nos detenemos justo en un llano previo a las cúpulas.

      Cúpula de Calar Alto © Fotografía: Juan Antonio MuñozCúpula de Calar Alto © Fotografía: Juan Antonio Muñoz

      Nos encontramos en el espacio geomorfológico de un calar, definido por el suelo calizo de pizarra, material del que se pueden extraer las lajas como material de construcción para levantar los aleros en la arquitectura de la pizarra, característicos de una zona de Los Filabres (ya los hemos conocido en nuestro itinerario 3 de Tesoros del Milenio cuando visitamos Velefique y Senés).

      Calares y pizarra en la Sierra de los Filabres © Fotografía: Juan Antonio MuñozCalares y pizarra en la Sierra de los Filabres © Fotografía: Juan Antonio Muñoz

      La vegetación de estas altas cotas es singular, los típicos borreguiles de la alta montaña mediterránea (a partir de los 2000 m), formada por musgos, líquenes y algunos árboles enanos, formando un característico almohadillado que apenas sobresale del suelo.

      Esta sierra de los Filabres, espina dorsal de la provincia, divide longitudinalmente la provincia en dos zonas, al Norte y al Sur, gracias a su superficie de 30 kms de anchura y 80 de longitud, como continuidad de la sierra de Baza. Es el espacio forestal más grande de Andalucía, aunque profundamente desforestado durante los siglos XIX y parte del XX por el hacha y el fuego para la minería y la actividad humana. Estamos cerca de una cota significativa, la Tetica de Bacares, de 2088 m, inconfundible con su cresta casi piramidal.

      En las últimas décadas se ha convertido gran parte de este territorio en propiedad pública para facilitar la repoblación forestal de todo el entorno de Calar Alto y evitar la construcción privada de viviendas y cortijos que disminuyeran en un futuro la capacidad lumínica para el observatorio.

      Vegetación almohadillada apenas pegada al suelo característica de la alta montaña mediterránea (desde los 2000 m de altura) © Fotografía: Juan Antonio MuñozVegetación almohadillada apenas pegada al suelo característica de la alta montaña mediterránea (desde los 2000 m de altura) © Fotografía: Juan Antonio Muñoz

      Todavía en la sierra podemos encontrar ejemplares aislados de pino laricio, de gran porte en el tronco vertical y extremada consistencia, lo que permitía su uso para los mástiles de los barcos o bien para las vigas jácenas de las armaduras de las iglesias mudéjares.

      Esta sierra se formó durante el Plegamiento Alpino como consecuencia del levantamiento originado por el choque de las placas euroasiática y africana hace unos 8 o 9 millones de años. Frente a este amplio periodo geológico hoy podemos mencionar la entrada en el Antropoceno (posterior al Holoceno), como una nueva etapa geológica reciente desde los años 50 y las primeras explosiones nucleares, que muestran la capacidad de transformación humana, mayor al desarrollado por la naturaleza en millones de  años, y que hoy tiene su manifestación más perversa en el cambio climático y el calentamiento global.

      Tetica de Bacares, con su inconfundible silueta © Fotografía: Juan Antonio MuñozTetica de Bacares, con su inconfundible silueta © Fotografía: Juan Antonio Muñoz

      Destacar por su cercanía y rotundidad las cúpulas del Observatorio Astronómico Hispano Alemán, fundado en 1973 por acuerdo entre ambos países, pero desde 2005 es gestionado conjuntamente por el Instituto Astrofísico de Andalucía, C.S.I.C. y el Instituto Max Planck para la Astronomía (Alemania). Consta de tres telescopios, siendo el de 3,5 m de diámetro el mayor de Europa continental, y por ello su actividad ha sido fundamental para el conocimiento de asteroides, nuevos planetas y, en general, la observación del Universo.

      Una última curiosidad científica que le dio protagonismo a esta sierra y especialmente la cercana Tetica de Bacares, es la instalación del primer enlace geodésico entre Europa y Africa a través de cuatro puntos, dos españoles (Mulhacén y la Tetica) y dos argelinos. Esto será fundamental  para el desarrollo de la cartografía  y los primeros mapas topográficos, básicos para el conocimiento y análisis del territorio.

       

    • LAS MENAS 

    • En este paraje de  Las Menas, durante casi un siglo (1889-1968), se fraguó un entramado de empresas mineras conocedoras de la excelente calidad del hierro de la sierra de los Filabres. Esta situación se ve favorecida por  el derrumbamiento de la  minería del plomo, la construcción de la línea de ferrocarril Lorca-Baza en 1887 y la presencia de Gustavo Gillman (1856-1922), ingeniero inglés profundo conocedor de los recursos mineros de la provincia, que promovió la llegada de grandes empresas para establecerse aquí, propiciando la apertura de los cotos mineros de Serón y Bacares.

      Antigua vivienda del ingeniero jefe de Las Menas reconvertida en Centro de Interpretación © Fotografía: Paco BonillaAntigua vivienda del ingeniero jefe de Las Menas reconvertida en Centro de Interpretación © Fotografía: Paco Bonilla

      Entre 1885-1890 comienzan las primeras explotaciones, que favorecieron el desarrollo económico y demográfico de la región, aportaron trabajadores procedentes de otros lugares,  aceleraron el  desarrollo de otros sectores y generaron abundante riqueza y prosperidad, pues la sierra en esos años estaba casi deshabitada,  no existían carreteras y los recién llegados sólo encontraron caminos y veredas, algunos de ellos casi intransitables.

      Podemos destacar cuatro grandes compañías mineras:

      • - La belga Mines et Chemin de Fer Bacares-Almería et Extensions. Fundada en Bruselas (1887).
      • - La inglesa The  Bacares  Iron Ore Mines  Limited (Glasgow – 1899). Denominada “Compañía de los Ingleses”, fue la primera en resolver el problema del transporte y la primera que comienza a operar. Financia la construcción del ferrocarril e  instala  dos cables aéreos.
      • - La holandesa  W.H Müller y Cía, (Rotterdam – 1911) creó su filial española en Santander y explotó los cotos de Dulce María y San Miguel.
      • - Sociedad Minera Cabarga San Miguel. (nace en 1911 como filial de la W.H Müller y Cía). En  1925 se fusiona con Mines et Chemin  de Fer Bacares-Almería et Extensions.
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    • Vista parcial este de Las Menas. Detalle de los talleres y el almacén general hacia 1920-30. Foto de Juan Antonio Avilés. Colección Emilio Herrero PérezVista parcial este de Las Menas. Detalle de los talleres y el almacén general hacia 1920-30. Foto de Juan Antonio Avilés. Colección Emilio Herrero Pérez

    • Estas compañías se reparten los distintos cotos y el transporte del mineral será el primer obstáculo al que se enfrenten, solventado mediante la instalación de  cinco cables aéreos y sus cargaderos. El coto minero comienza a poblarse y en 1911 los obreros dedicados al hierro en los cotos de  Serón-Bacares suman 2.383.

      En sus orígenes las condiciones de vida eran muy duras, con jornadas interminables,  de sol a sol, debido al sistema de destajo que se realizaba; inseguridad por el riesgo permanente de accidentes; jornales exiguos que apenas alcanzan para cubrir los mínimos vitales y, por tanto, mala nutrición; desplazamiento penoso hasta el lugar de trabajo, por veredas y caminos sin asfaltar; clima muy duro con calzados  y ropas poco adecuadas para el gélido invierno en Las Menas, donde las copiosas  nevadas eran frecuentes; y un  exceso de mano de obra que repercute negativamente en la subida de los jornales. En este contexto, en 1918 se producirá una  huelga que durará  40 días. Al año siguiente, otra gran huelga, que conseguirá que la  jornada laboral sea de 8 horas.

      San Miguel, Ermita de Santa Bárbara y Casas de Dirección. Hacia 1920-1930. Colección Emilio Herrero PérezSan Miguel, Ermita de Santa Bárbara y Casas de Dirección. Hacia 1920-1930. Colección Emilio Herrero Pérez

      El poblado de Las Menas será el más importante y el mejor conservado, levantado por Mines et Chemins de Fer Bacares-Almería et Extensions, conocida como  Casa Menas,  en un lugar próximo a las bocas de las minas. Irá creciendo paulatinamente y en 1910 ya cuenta con hospital, casa de dirección y oficina, que en estos años también se la denomina Casa del Conde de Caserta. En torno a estos  edificios, de una gran calidad constructiva, se desarrollará todo el poblado, que irá creciendo paulatinamente, según vayan surgiendo las  necesidades, ya que en los primeros años de explotación no había viviendas ni para facultativos ni  para los mineros, que tenían que desplazarse a pie desde las zonas limítrofes, comenzando a construirse  barracones y chabolas de ínfima calidad, produciendo hacinamiento y falta de medidas higiénicas y de salubridad.

      En 1909-1910, entre el rio y las bocas de las minas, se construyen los talleres,  los almacenes y el polvorín  que era el  lugar donde se guardaban los explosivos y estaba permanente vigilado.

      En 1918, bajo la dirección de Federico Carlos Engelbert Von Bevervorode, se procede a realizar la ordenación del poblado, donde la organización de las áreas residenciales reproduce la jerarquía laboral de la empresa. El nivel más elevado para las casas de los directivos e ingenieros; después la casa del médico y técnicos; y por último las viviendas agrupadas y pabellones para los mineros. Aquellas tendrían todas las comodidades que aquellos tiempos permitían y las dotan de  grandes jardines que las circundan rodeados de altas vallas, para no ser ni vistos ni molestados por los obreros o mineros que se hacinaban en infraviviendas.

      En 1925,  la Mines et Chemin  de Fer Bacares-Almería et Extensions, propietaria del poblado, se fusiona con Cabarga San Miguel y queda como director de ambas el mismo “Don Federico”, como era conocido.  Se introducen mejoras sociales que aumentan la calidad de vida del proletariado minero. Creará la primera banda de música e introducirá  una política paternalista que permitirá asentar a los obreros en su lugar de trabajo con nuevas viviendas, necesarias para los obreros que llegan atraídos por el boom de la minería.

      Tolva de mineral de Menas y puente metálico. Hacia 1917-1930. Foto de A.J. DONS. Colección Emilio Herrera PérezTolva de mineral de Menas y puente metálico. Hacia 1917-1930. Foto de A.J. DONS. Colección Emilio Herrera Pérez

      En los años treinta se construye un el campo de futbol y se inaugura el cine. En los cincuenta  se construye la carretera o camino viejo, pues antes se accedía al poblado por un carril denominado popularmente “Camino de Almería”.  Con la carretera llegan los camiones y los obreros ya no tenían que desplazarse a pie pues la compañía montó un servicio de transporte.  

      En estos cincuenta se edifican tres pabellones para los trabajadores de la compañía, dos destinados a los obreros con familia y el tercero para los solteros. Se construye un nuevo cuartel para la Guardia Civil y en los sesenta se levanta una plaza de toros, la última gran obra en Las Menas.

      En 1968 la compañía cesa su actividad y con el cierre de las minas llega el abandono, la emigración y el expolio, convirtiendo  un lugar idílico y lleno de vida en un pueblo fantasma, Los habitantes de Menas se marcharon, obligados por el cierre, con la esperanza de volver y retomar su existencia. 

      Ruta Histórica de Las Menas y ubicación de las instalacionesRuta Histórica de Las Menas y ubicación de las instalaciones

      • - POBLADO MINERO: PASEO DE LAS ACACIAS Y ANTIGUOS EDIFICIOS

    • Cuando dejamos el coche en el aparcamiento y cogemos la cuesta junto al camping estamos en el Paseo de las Acacias, la calle básica del antiguo poblado minero y avenida de comunicación entre las instalaciones, con la casa del Médico como primer edificio visible. A partir de ahora seguiremos las indicaciones del plano adjunto sobre la Ruta Históricas Las Menas.

      Un sencillo espacio interpretativo sirve como acceso al conjunto minero y encontramos tres paneles en acero corten aludiendo a las tres grandes minas del coto minero (Necesaria, Concepción y Jota), gestionadas por la compañía Cabarga San Miguel, incluyendo una relación de nombres de trabajadores y técnicos, con su oficio, a modo de homenaje. Detrás, un gran bloque de mineral de hierro en forma cuadrangular recuerda el regalo a la llegada del ingeniero jefe “Don Federico”.

      Paseo de las Acacias, calle principal de Las Menas © Fotografía: Paco BonillaPaseo de las Acacias, calle principal de Las Menas © Fotografía: Paco Bonilla

      El objetivo actual es recuperar el conjunto minero como centro turístico y por ello la Junta de Andalucía ha adquirido su titularidad. El antiguo hospital es el actual camping. Las antiguas oficinas de la compañía holandesa constituyen la recepción, el bar y el restaurante del hotel, cuyas habitaciones son el bloque de viviendas o pabellón de los antiguos mineros casados (organizado en dos plantas).

      Mas allá, y todavía sin recuperar, los bloques de los mineros solteros (el proyecto futuro es convertirlo en albergue juvenil), la escuela y el cuartel de la Guardia Civil, estratégicamente situado junto a las casas principales de los ingenieros y frente a los bloques de los obreros, pues no olvidemos que este grupo social era el más reivindicativo y combativo por sus derechos. Al otro lado del barranco identificamos la barriada minera del Rascador Alto.

      De cualquier manera aconsejamos seguir la Ruta Histórica por el conjunto minero, ya que los distintos paneles interpretativos identifican los edificios conservados, los asocia con sus antiguos moradores y permite recrear la memoria de un espacio con muchísimas referencias culturales y emocionales.

      • - CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LAS MENAS

    • La antigua vivienda del ingeniero jefe o director general ha sido rehabilitada recientemente como espacio interpretativo de la minería y la historia natural de Los Filabres, y no podemos dejar de visitarla.

      Antigua vivienda del ingeniero jefe, hoy recuperada como Centro de Interpretación de Las Menas© Fotografía: Paco BonillaAntigua vivienda del ingeniero jefe, hoy recuperada como Centro de Interpretación de Las Menas© Fotografía: Paco Bonilla

      Se reconoce de manera clara como la edificación más importante del conjunto minero y rodeado de un magnífico jardín botánico alrededor, organizado en distintos niveles abancalados. Su ubicación privilegiada permite controlar todo el conjunto minero, fundamental para el ingeniero jefe, y, como símbolo de jerarquía y estatus social, la vivienda disponía originalmente de todos los lujos y comodidades del cargo (calefacción, piscina, casa de muñecas para las hijas, casa del servicio independiente, cenador en el jardín…).

      Actualmente sus dos plantas acogen una muestra interpretativa de las características geológicas y ambientales de Los Filabres, la gran mancha verde de Andalucía, la historia de la minería y del  poblado de Las Menas, además de una selección de fotos antiguas del conjunto minero en febril actividad antes de su cierre en 1968. Merece la pena detenerse en la muestra y recrear un pasado que ha estado vivo hasta hace pocas fechas.

      Sala del interior del Centro de Interpretación © Fotografía: Paco BonillaSala del interior del Centro de Interpretación © Fotografía: Paco Bonilla

      • - PUENTE METÁLICO DE SAN MIGUEL Y ERMITA DE SANTA BÁRBARA

    • Aconsejamos descender a Serón por la antigua carretera de las minas, laAL-5408, camino más corto y sugerente, pero más pronunciado e inaccesible para los autocares. Nos permitirá contemplar uno de los escasos elementos metálicos mineros que han perdurado, el túnel de acceso a la famosa mina Cabarga San Miguel, con el puente y el arranque del cable aéreo hasta la línea de ferrocarril, en concreto conectando con el cargadero de Los Canos, que visitaremos más adelante.

      Puente metálico y partida del cable aéreo hacia el cargadero de Los Canos © Fotografía: Alfonso RuizPuente metálico y partida del cable aéreo hacia el cargadero de Los Canos © Fotografía: Alfonso Ruiz

      Pero el elemento más sobresaliente es la ermita de Santa Bárbara, antes iglesia presbiteriana levantada en 1911 por un ingeniero alemán, con ese inconfundible sabor anglosajón de tejado a dos aguas de gran pendiente y pequeña torre campanario junto a la entrada. Originalmente nos remonta al ascetismo luterano, resultado de vaciar de contenidos la fe católica, sin imágenes ni sacramentos, solo la fe y las Escrituras.

      Hoy es una ermita católica que alberga la imagen de Santa Bárbara, patrona de los mineros, identificada con la palma del martirio y una torre con tres ventanas a su lado, como símbolo de la fortaleza en la fe en la Santísima Trinidad.

      La imagen original fue destruida durante la Guerra Civil, siendo sustituida por la actual. Al cerrarse las minas en 1968 quedó provisionalmente en manos privadas, hasta la reciente restauración de la ermita en 2010, escenario de una fiesta popular a comienzos de agosto.

      Ermita de Santa Bárbara © Fotografía: Alfonso RuizErmita de Santa Bárbara © Fotografía: Alfonso Ruiz

    • CARGADEROS DE MINERAL DE HIERRO

    • Una vez que descendemos a Serón, sea por la antigua carretera minera AL-5408 o por la nueva A-1178, visitaremos los dos cargaderos que permitían conectar las minas de Las Menas  con la línea ferroviaria a través de sendos cables aéreos.

      Esta línea férrea tendrá una clara vocación minera, para transportar el preciado mineral de hierro hasta el embarcadero de El Hornillo (Águilas. Murcia). Su construcción se inicia en 1887 y se inaugura en 1903 con este muelle embarcadero, con una tecnología muy similar al Cable Inglés de Almería, salvo la carencia de depósito-tolva.

      Su momento de esplendor será hasta la Primera Guerra Mundial, coincidiendo con la llamada Paz Armada y una gran demanda mundial de hierro y acero para la militarización de las naciones. Sin embargo los años veinte marcan la primera gran crisis con el cierre de los mercados, aunque siempre hubo problemas con el material ferroviario, con vías débiles y puentes no preparados para mucho tonelaje o grandes locomotoras, lo que motivaba que el mineral se acumulara en estos grandes cargaderos.

      Antigua estación de ferrocarril de Serón, hoy convertida en restaurante y Vía Verde del Hierro al fondo © Fotografía: Paco BonillaAntigua estación de ferrocarril de Serón, hoy convertida en restaurante y Vía Verde del Hierro al fondo © Fotografía: Paco Bonilla

      Durante la postguerra española y con la gestión ferroviaria de Renfe se producen los sucesivos cierres de los cotos mineros y en 1967 del último cargadero, Los Canos. Los viajeros transportados eran pocos por la escasa velocidad que permitían las vías y un estudio de viabilidad de 1981 determinaba que solo se cubría el 23% de los costes de explotación. Ante esta ruina total la línea férrea cierra definitivamente el 1 de enero de 1985, fecha negra para el Almanzora, a pesar de las protestas comarcales, y se desmantelan parte de las instalaciones. Las estaciones y la plataforma de la antigua vía quedan como testigos mudos.

      • - CARGADERO DE HIERRO Y ANTIGUA ESTACIÓN DE FERROCARRIL DE SERÓN

    • Nos encontramos ante un conjunto formado por la antigua estación de ferrocarril (hoy rehabilitada como restaurante y punto de partida de la Vía Verde del Hierro), el cargadero, las cocheras de locomotoras y una pequeña barriada ferroviaria.

      Reconstrucción idealizada de la estación de Serón con el bullicio del ferrocarril antes de su cierreReconstrucción idealizada de la estación de Serón con el bullicio del ferrocarril antes de su cierre

      Está claro que estamos ante un punto estratégico que conectaba Las Menas con la línea de ferrocarril a través de dos cables aéreos suspendidos mediante torretas y arrastrados por gravedad y motores de tracción que permitían transportar vagonetas. En concreto aquí convergían dos cables aéreos, uno llamado del Manzano y otro del Cortijuelo y Perdigones, que suspendían vagonetas de 480 kilos a razón de 120 unidades por hora (paso de 1 cada 30 segundos).

      Se depositaban en dos depósitos tolva, con capacidad para 40 o 50.000 tns, visibles al otro lado de la playa de vías de la estación como grandes muros de sillería, y desde aquí, con vertederas, se volcaban hasta los vagones del ferrocarril. Esta febril actividad explica el conjunto ferroviario y minero, hasta que en los cincuenta del siglo pasado se cerraron las explotaciones y los cables aéreos.

      Antiguo cargadero de hierro de la estación de Serón © Fotografía: Paco BonillaAntiguo cargadero de hierro de la estación de Serón © Fotografía: Paco Bonilla

      A continuación sugerimos seguir nuestro camino hasta el cargadero de Los Canos por la Via Verde del Hierro de Serón y en apenas 4 kms llegamos. De paso podremos disfrutar de unas magníficas panorámicas del valle del Almanzora y del caserío de Serón al fondo.

      • - CARGADERO DE LOS CANOS

    • Constituye el punto final de conexión con la línea férrea Baza-Águilas del cable aéreo de la mina Cabarga san Miguel, que anteriormente hemos visitado, con una longitud de 6.750 m. Este ramal principal llegaba hasta el coto de Las Menas, pero, además, había otro ramal secundario, hasta la mina Dulce María, empalmando ambas en la llamada estación intermedia.

      Sorprende este conjunto tanto por su tamaño y monumentalidad como por la particularidad de no contar con edificio de la estación, como en el caso anterior, sino una simple vivienda anexa para el encargado del apartadero, ya que aquí el control y la protección de la circulación férrea ya se hacía mediante semáforo.

      Reconstrucción idealizada del funcionamiento del cargadero de Los CanosReconstrucción idealizada del funcionamiento del cargadero de Los Canos

      El cargadero, en sí, funcionaba de manera simple y eficaz, de forma que arriba un depósito tolva,  de 40.000 tns de capacidad y 90 m de longitud, recibía los baldes de 525 litros de capacidad del cable aéreo, cuyo castillete terminal se disponía justo encima del depósito del cargadero. Por la parte inferior dos túneles paralelos permitían la descarga directa sobre los vagones  de la composición férrea mediante vertederas, lo que permitía que, en caso de necesidad, la carga se pudiera realizar en apenas 5 minutos. En condiciones normales el cable podría transportar hasta 1200 tns de mineral en 10 horas de trabajo.

      Interior del cargadero de hierro de Los Canos © Fotografía: Paco BonillaInterior del cargadero de hierro de Los Canos © Fotografía: Paco Bonilla

      Todo el complejo fue desmantelado en 1968.

    • TESTIMONIOS DE LA MINERÍA DEL TALCO

    • Si hasta ahora las huellas de la arqueología industrial han sido identificables, aquí nos centramos en una huella minera menos conocida y de la que tenemos los pozos de acceso a las minas y algunas herramientas en manos de antiguos mineros. Nos referimos a la extracción del talco, piedra de sastre, esteatita o jaboncillo (distintos nombres populares), una actividad minera que ha definido a Somontín hasta prácticamente los setenta del siglo pasado y que servía para elaborar polvos de talco, para marcar telas en sastrería, base para pinturas, o bien como enlucido o impermeabilizante de paredes para viviendas señoriales, incluso para abrillantar las columnas de yeso que sostenían los arcos decorativos musulmanes, las yeserías o los mocárabes.

      Trabajadores de la familia de “los Chimeneas” extrayendo jaboncillo del pozo Falange hacia los años cuarenta del siglo pasado © Fotografía: Antonio AzorTrabajadores de la familia de “los Chimeneas” extrayendo jaboncillo del pozo Falange hacia los años cuarenta del siglo pasado © Fotografía: Antonio Azor

      Hasta tanto no se materialice el proyecto municipal de crear un Museo de la minería del talco  o se pueda habilitar el acceso turístico y seguro a la entrada de una mina, el único testimonio será la estatua del minero en la plaza principal de Somontin.

      Si queremos conocer testimonios directos de personas mayores, antiguos trabajadores del talco, tenemos que contactar con el Ayuntamiento, con el entusiasta Antonio Azor o con algún vecino de cierta edad para que nos reviva esa memoria minera y nos conduzca a la boca de alguna de aquellas minas cercanas a la localidad. En ningún  caso aconsejamos entrar al interior por su falta de condiciones de seguridad.

      Antonio Azor mostrando la galería de la mina Dura para explotación del jaboncillo © Fotografía: Antonio AzorAntonio Azor mostrando la galería de la mina Dura para explotación del jaboncillo © Fotografía: Antonio Azor

      Aunque esporádicamente se extraía en la Edad Moderna, será en el siglo XX cuando se convierta en el motor de la economía de Somontín mediante la explotación de una zona minera de unas 100 has de propiedad municipal, lo que aportaba unos ingresos al Ayuntamiento. Era una actividad artesanal, con galerías estrechas y poco seguras, en manos de grupos de vecinos que adquirían el derecho de explotación mediante un canon de arrendamiento. El producto obtenido se vendía después al mejor postor, que debía pagar la tasa al ayuntamiento.

      La producción alcanza su punto álgido en los años cuarenta, con una explotación fácil a flor de tierra y entre 5000 y 7000  tns anuales, lo que representaba más del 40% de la producción nacional de talco. En los sesenta se reduce a poco más de 2000 y apenas el 10% de la producción nacional. Es el comienzo de una crisis por el agotamiento de los filones o la inundación de las galerías por falta de infraestructuras de desagüe. La salida será la emigración a Cataluña, Andorrra, Francia, Alemania…, integrarse en la cercana industria del mármol, y muchos jóvenes ingresarán en la Guardia Civil.

      Antigua romana para el pesaje de los esportones de 50 kilos de talco © Fotografía: Paco BonillaAntigua romana para el pesaje de los esportones de 50 kilos de talco © Fotografía: Paco Bonilla

      El transporte del talco se realizaba mediante reatas de caballerías hasta la estación de tren de Purchena, cargando hasta 5 vagones diarios en el momento de esplendor de los años cuarenta. Otras veces no se exportaba en bruto sino que se molía previamente. Mulos y burros trabajaban a destajo, cargando con unos 100 kilos en cada viaje. La jornada laboral era muy dura pues las reatas eran guiadas por jóvenes de 12 a 16 años que debían levantarse de madrugada, a las 5 o 6 de la mañana, para subir por el talco a la sierra, con un frío terrible, y después a la estación de Purchena. Normalmente se realizaban dos entregas por día. El precio del acarreo era en los años veinte de 1,75 pts para un trabajo de 5 o 6 horas, una auténtica miseria.

      La economía del pueblo giraba en torno al talco, y las tiendas fiaban las compras, que se apuntaban en la cuenta hasta tanto cobrar el jaboncillo vendido.

      Restos de una galería excavada para la extracción del jaboncillo © Fotografía: Antonio AzorRestos de una galería excavada para la extracción del jaboncillo © Fotografía: Antonio Azor

      El precio se acordaba con la compañía comercializadora concreta y el día de la entrega el representante de la empresa se desplazaba a la mina, además del empleado municipal que cobraba el canon, mientras una larga fila de animales y arrieros esperaban su turno de pesaje mediante esportones de 50 kilos, pesados con una romana. Una vez terminado el pesaje en esa mina se desplazaban a la siguiente para repetir la operación. Compañías comercializadoras conocidas fueron Echevarrieta y Acosta a principios de siglo, en 1918 la inglesa The Somontin Mines LTD y después la famosa compañía llamada de Los Leoneses.

      El torno era el instrumento fundamental para subir y bajar de los mineros y de la producción por el pozo de la mina. Los instrumentos de trabajo eran totalmente sencillos: pico, azada, marro, espuertas, barrena, puntero… y la peligrosa dinamita para abrirse paso de manera más contundente en la piedra dura.

       

Galería

Poblado minero de Las Menas (Serón) © Fotografía: Paco Bonilla
Cúpula del observatorio de Calar Alto en la Sierra de los Filabres © Fotografía: Paco Bonilla
Poblado minero de Las Menas (Serón) © Fotografía: Paco Bonilla
Ruinas del barrio obrero del poblado minero de Las Menas en Serón © Fotografía: Paco Bonilla
Poblado minero de Las Menas (Serón)
Economato y panadería en el paseo de las acacias en Las Menas © Fotografía: Paco Bonilla
Antigua estación del ferrocarril en Serón
Antiguo cargadero de hierro de la estación de Serón© Fotografía: Paco Bonilla
Panorámica de Serón desde la antigua vía del tren
Ruta antigua vía del tren camino del cargadero de hierro. Serón © Fotografía: Paco Bonilla
Panorámica con el cargadero de mineral de Los Canos al fondo en Serón
Muestras de distintos tipos de jaboncillo de las minas de Somontín
Muestra de jaboncillo del Pozo Tío Anselmo en Somontín © Fotografía: Paco Bonilla

 

 

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