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Los Filabres. Semblanzas Andalusíes

La comarca de Los Filabres es un espacio de transición y comunicación con el Levante, Almería capital y el valle del Almanzora. Es muy poco conocida, especialmente en diversos pequeños pueblos en la vertiente Sur de la Sierra de los Filabres, pero que sorprenden por su verdor en invierno, su paisaje poco transformado y su vacío demográfico, que apenas supera los 10 hab/km2.

Pero sobre todo destaca que esas pequeñas poblaciones (como Senés, Tahal, Velefique, Olula de Castro, Chercos...) enlazan con el mundo andalusí medieval, con un paisaje abrupto de profundos barrancos, donde sobresalen las pequeñas vegas aterrazadas con espacios irrigados, gracias a elementos de tecnología hidráulica hispanomusulmana, y donde el núcleo urbano muestra una trama escalonada y adaptada a la topografía del terreno. Es similar a las poblaciones del Atlas norteafricano y por ello podemos hablar de semblanzas andalusíes.

Arquitectura tradicional de la pizarra en Velefique. © Fotografía: Alfonso RuizArquitectura tradicional de la pizarra en Velefique. © Fotografía: Alfonso Ruiz

Entrada monumental al castillo de Tabernas. © Fotografía: Alfonso RuizEntrada monumental al castillo de Tabernas tras una polémica restauración realizada hace escasas décadas. © Fotografía: Alfonso Ruiz

Este ámbito geográfico se enriquece al Sur en el Pasillo de Tabernas con el árido desierto creando el paisaje del western. El llano y la montaña, la aridez y la frescura como contrapuntos de un paisaje que no podemos de dejar de conocer.

 

    • Lorenzo Cara Barrionuevo (Arqueólogo e investigador) y Manuel Pérez Sola (Profesor e investigador)

    • Galería de fotos: ©  José Ángel Fernández

    • Cogemos la autovía A-92 en dirección a Granada para desviarnos por la salida 376 en dirección a Tabernas. Apenas un km sobrepasada esta localidad un desvío por la A-349 nos llevaría hasta el valle del Almanzora, específicamente la comarca del mármol, pero ese no es nuestro destino.

      Prácticamente al comienzo de haber tomado esta carretera un desvío a la izquierda por la AL-3102 nos conduce hasta Velefique, nuestra primera parada. Si queremos obtener una vista panorámica del castillo de Velefique, aconsejamos, tras realizar el recorrido por el caserío, continuar por la carretera de acceso, la AL-3102, más arriba del pueblo, una senda pendiente y tortuosa, pero segura por la poca velocidad a la que transitamos, y aproximadamente un par de kms más arriba un pequeño ensanche o descampado a la derecha nos permite dejar el coche y reconocer desde arriba los restos del castillo, con la línea de torres defensivas.

      Detalle de la fortaleza hispanomusulmana de Senés. © Fotografía: Pako ManzanoDetalle de parte de la fortaleza hispanomusulmana de Senés. © Fotografía: Pako Manzano

      Retornamos hasta la A-349 y continuamos al Norte, para desviarnos más adelante a la izquierda en dirección a Senés, la AL-4100, una senda sinuosa y en pendiente, pero el destino nos sorprenderá.

      Posteriormente deberemos retornar de nuevo a la A-349, subir hasta el Collado García, hasta los 1250 m de altura, y que corona la Sierra de los Filabres, para descender entre un paisaje de montaña. Un desvío por la AL-5100 nos lleva hasta Tahal.

      Un detalle que no habíamos destacado es que este itinerario obliga a un mayor desarrollo en kms porque la orografía montañosa y el aislamiento de las localidades en pequeños valles interiores, obliga a retornar a la gran vía de comunicación de toda esta falda sur de la Sierra de los Filabres, la A-349.

      Tras concluir la visita a Tahal y su Centro de Interpretación volvemos hacia Almería, pero nos desvíamos hacia Tabernas. El acceso a su alcazaba musulmana se realiza por detrás del campo de fútbol y junto al Centro de Interpretación de Terrera Ventura, mediante una rampa acondicionada para el acceso peatonal. Arriba las vistas panorámicas de todo el Pasillo de Tabernas son excepcionales.

    • . Torre de Tahal, recientemente rehabilitada como Centro de Interpretación, con su escalera de acceso al interior. © Fotografía: Alfonso RuizTorre de Tahal, recientemente rehabilitada como Centro de Interpretación, con su escalera de acceso al interior. © Fotografía: Alfonso Ruiz

                                                                                                                                                            

Programa

    • Esta localidad, como otros pequeños municipios de la vertiente sur de la Sierra de los Filabres (Senés, Olula de Castro o Castro de Filabres) constituyen una pervivencia del hábitat medieval hispanomusulmán disperso en alquerías, una aglomeración de viviendas formando barrios separados por zonas cultivadas o accidentes geográficos, disposición relacionada con la primitiva organización social islámica en grupos tribales. Cada alquería con su castillo defensivo (hisn) ocupa la cabecera de un valle, que desciende por la vertiente sur de los Filabres hasta el Campo de Tabernas.
    • La estrecha vega o terreno irrigado ocupa el fondo del valle, mientras que las pendientes de las alturas circundantes se acondicionan como terrenos de secano. Aquí se instalarán los bereberes norteafricanos, en zonas montañosas y con una vida más dura, mientras que los árabes propiamente dichos ocupan las zonas bajas y grandes valles como el Andarax o el Almanzora.
    • Las fortalezas se convertirán en hitos del paisaje de los Filabres en forma de atalayas o torres de diversa factura, dimensión y complejidad, que controlan el territorio y defienden a estas pequeñas comunidades rurales. Responden, a finales del siglo IX, al enfrentamiento entre distintos grupos tribales, y desde el XIII defienden a las comunidades de las correrías de frontera con los cristianos. Sin embargo hoy están muy mal conservadas.
    • Ruinas del castillo de Velefique dominando sobre el caserío. © Fotografía: Pako ManzanoRuinas del castillo de Velefique dominando sobre el caserío. © Fotografía: Pako Manzano
    • En esta época Velefique era un activo centro sufista (destaca el místico Abu Ishaq Ibrahim), una espiritualidad islámica que parte de la filosofía platónica y la interpretación del Corán y que después será perseguida por el integrismo almorávide y almohade.

       

      ALMINAR DE LA ANTIGUA MEZQUITA (TORRE DEL ACTUAL CEMENTERIO)

      El testimonio más importante que ha perdurado de época islámica es el volumen del alminar de la antigua mezquita, encerrado en la torre del actual cementerio, de unos 4 m de lado y construido con losas de pizarra y mortero pobre en cal, coronado con un remate piramidal de placas de esquisto, aunque con un lamentable revocado reciente de cemento. La organización interna muestra una escalera de caracol de piedra alrededor de un machón central circular, constituyendo una versión más sencilla de los grandes alminares almohades, especialmente la Giralda de Sevilla. Su cronología del siglo X lo sitúa como uno de los escasos alminares califales de Al-Andalus y el único en la Andalucía oriental rural.

      Alminar de la antigua mezquita, hoy torre del cementerio. © Fotografía: Pako ManzanoAlminar de la antigua mezquita, hoy torre del cementerio. © Fotografía: Pako Manzano

    • ARQUITECTURA DE LA PIZARRA

      Pero también ha perdurado la construcción en pizarra, la arquitectura negra, que se extiende a otros tres municipios (Senés, Olula de Castro y Castro de Filabres), a los que se ha propuesto como Conjunto Histórico del Paisaje Cultural en la Sierra de los Filabres. Es la identidad de la construcción con pizarra y la cubierta inclinada con aleros, grandes lajas de piedra con su característico color gris oscuro, colocado en seco y a doble vertiente para evacuar el agua y no llegar la humedad al interior de la vivienda. Es un patrimonio único que debe ser conservado.

      Las viviendas tradicionales conservadas son escasas por las gravísimas transformaciones realizadas en las últimas décadas al hilo de un desarrollo mal entendido que ha deformado totalmente su imagen. Hasta hace poco la población local identificaba esta arquitectura con pobreza y miseria, aunque recientemente la consideración social va cambiando por compromiso municipal, y hoy constituye un atractivo cultural y turístico.


      Vivienda tradicional con fábrica de pizarra y cubierta de aleros. © Fotografía: Alfonso RuizVivienda tradicional con fábrica de pizarra y cubierta de aleros. © Fotografía: Alfonso Ruiz


      CASTILLO 

      Dentro de los castillos que defendían estas alquerías medievales destaca el de Velefique, con casi una hectárea de superficie, rodeado de una muralla de 1,5 m de grosor y unas 17 torres, dos aljibes y dos entradas. Aconsejamos ver el recinto defensivo desde arriba, continuando la carretera unos 2 kms más allá del pueblo, como hemos indicado al principio del itinerario.

      El castillo será escenario de la resistencia mudéjar entre Octubre y Diciembre de 1500, al convertirse en reducto de los huidos de los valles y montañas de Los Filabres frente a la imponente caballería castellana, muy superior en número y en medios a unos infelices con escaso armamento, apenas con azadas, palos y hondas, pero liderados por el Negro de Velefique.


      Vista general de la alcazaba. © Fotografía: Alfonso RuizVista general de la alcazaba. © Fotografía: Alfonso Ruiz

    • El ataque de los 2600 soldados de las Guardias Viejas de Castilla (soldados de élite de la época), armados con cañones, transportados en mulos por las duras pendientes de la sierra, acabaron con la resistencia, y muchos prefirieron despeñarse antes de caer en manos cristianas, con la disyuntiva de la muerte o la esclavitud. El lugar merecería la declaración de sitio histórico, pues hay casos similares, como Waterloo o Bailén.

    • TRAMA URBANA Y PAISAJE MEDIEVAL 

      Senés se menciona en el siglo XII por la abundancia y calidad de su seda y muestra como la conquista musulmana a principios del siglo VIII fue muy rápida y dejará una profunda huella en el territorio con la instalación de grupos bereberes norteafricanos, ocupación que marcará la toponimia de los pueblos y sus elementos topográficos.

      Se crearán espacios agrarios andalusíes, basados en el control de la escasa agua disponible y la creación de sistemas de huertos escalonados en terrazas, según modelos del Norte de África. Acequias, norias, aljibes, fuentes... formarán parte de un paisaje irrigado que mima los viñedos para pasa, las higueras, los granados, las moreras para gusanos de seda..., además de una fecunda horticultura. La ganadería tendrá una gran importancia en el Campo de Tabernas como invernadero de ganados trashumantes granadinos, lo que se constata en una serie de aljibes ganaderos medievales.


      Vista general de Senés. © Fotografía: Alfonso RuizVista general de Senés. © Fotografía: Alfonso Ruiz

      El caserío antiguo muestra una arquitectura tradicional definida por viviendas de volúmenes puros, pequeños vanos, muros de mampostería de pizarra sin revocar, cubiertas sostenidas sobre rollizos de madera y una capa de cañizo, y encima grandes aleros de pizarra, alguna esquina redondeada y solana o cámara en la planta alta como elemento distintivo externo, todo ello con una preferible orientación al Sur. La planta baja suele servir para los animales (mula, cerdo y gallina), fundamentales para la vida, y arriba la vivienda propiamente dicha.

      El paisaje cultural que nos domina diferencia dos zonas. Encima del pueblo destaca el aterrazamiento del secano cortando la pendiente de la montaña, los corrales de ganado y un paisaje abrupto formando fondos escénicos con las crestas de pizarra y profundos barrancos.

      En el propio núcleo urbano reconocemos pequeñas vegas aterrazadas, con espacios irrigados gracias a elementos de tecnología hidráulica de origen hispanomusulmán (balsas, acequias, fuentes, norias, partidores…), eras enlosadas y un urbanismo escalonado en el núcleo urbano de disposición rectangular, situado por encima de la línea del regadío, destacando los callejones o huecos entre las casas para salida de las aguas en caso de lluvias torrenciales y para iluminar las habitaciones.

      Reconstrucción idealizada del antiguo poblamiento islámico dominado por el castillo, en contraste, a la derecha, con el caserío actual, donde prácticamente ha desaparecido ese recinto defensivo y sobrevive la arquitectura de la pizarra. Reconstrucción idealizada del antiguo poblamiento islámico dominado por el castillo, en contraste, a la derecha, con el caserío actual, donde prácticamente ha desaparecido ese recinto defensivo y sobrevive la arquitectura de la pizarra.

      La imagen actual del municipio es atrayente, con un caserío denso y blanco, con volúmenes cúbicos rematados por cubiertas planas y presidido por el volumen de la iglesia.

    • CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA TORRE DE TAHAL  

      Dominando el caserío de Tahal encontramos esta torre cuadrangular, de 25 m de lado y 15 de altura, con una base maciza y de pronunciado talud, una fábrica de gruesos muros de mampostería y un interior con tres plantas. Recientemente ha recibido una importante rehabilitación para adaptarla como Centro de Interpretación de las Fortalezas de Los Filabres.

      El objetivo ha sido convertir la torre como símbolo y centro cultural de la comarca, que muestra al visitante en las dos primeras plantas el territorio, su evolución histórica y el sistema de fortalezas hispanomusulmanes de la vertiente sur de los Filabres.


    • Centro de Interpretación de la Torre de Tahal. Volumen exterior del edificio. © Fotografía: Pako ManzanoCentro de Interpretación de la Torre de Tahal. Volumen exterior del edificio. © Fotografía: Pako Manzano

      La torre constituyó originalmente el símbolo del nuevo poder político y régimen señorial del territorio concedido en 1490 a D. Enrique Enríquez de Guzmán, tío del rey Fernando El Católico, que abarcaba 14 lugares de la sierra, territorio al que se ha denominado Estado de Tahal por tener aquí su capitalidad.

      Su tipología es de castillo torrejón típico del siglo XVI, con una torre del homenaje central y una cerca exterior baja reforzada en las esquinas por cuatro torres ultrasemicirculares (solo queda una en ruinas, a levante del edificio), a modo de cubos artillados, un modelo similar a la conocida Torre de los Alumbres de Rodalquilar, que puede suponer una oportunidad para conocer esta zona costera del Parque Natural de Cabo de Gata, el Playazo de Rodalquilar.

      Reconstrucción idealizada del castillo con su cerca exterior y torres artilladas en las esquinas.Reconstrucción idealizada del castillo con su cerca exterior y torres artilladas en las esquinas.

    • Esta estructura defensiva va ligada al desarrollo de la pólvora en el arte de la guerra, pasándose del tapial islámico, más débil pero apto para el impacto de los bolaños de las catapultas, a la mampostería con lajas de pizarra, con un escarpe inferior macizo, entrada en alto con escalera y el mantenimiento de las saeteras.

      El edificio se levanta sobre una previa fortaleza islámica posiblemente tras la sublevación morisca de 1500. Se refuerzan los muros y se levanta una cerca exterior de planta cuadrada alrededor del torreón, con cubos artillados en cada esquina, en relación con los avances del arte de la guerra y el uso de la pólvora (actualmente solo es reconocible uno). Además contaba con un aljibe y un silo, necesarios para mantener un largo asedio, completándose con cuadras y diversas dependencias.

       

    • CASTILLO 

      La fortaleza excepcional es la Alcazaba de Tabernas, con una inmejorable posición estratégica para cerrar el paso del Levante a Almería. Construida en el siglo XI para defender el reino de Almería por esta zona, presenta una planta alargada de casi 3000 m2 (similar en tamaño e importancia a Purchena, Berja o el Castellón de Vélez Rubio, fortalezas que visitaremos), con 13 torreones de tapial rectangulares y salientes, posiblemente una torre albarrana en el extremo a Poniente (almohade de la segunda mitad del siglo XII), y una entrada directa franqueada por dos torreones, aunque una desgraciada restauración moderna desvirtúa el conjunto.


      Vista general exterior del castillo. © Fotografía: Pako ManzanoVista general exterior del castillo. © Fotografía: Pako Manzano

      Tras la ocupación cristiana de 1489 los viejos muros medievales de tapial fueron reforzados con mampostería y el interior se divide en dos recintos con un muro y una torre artillada, hoy en ruinas, y se dispone un patio de armas para albergar un destacamento cristiano de unos 20 o 30 soldados. La ruina actual del conjunto es fruto de la decisión de 1501 de rajar las murallas de estas fortalezas hispanomusulmanas para evitar el posible futuro encastillamiento de los mudéjares tras las rebeliones de 1495 o 1500, que motivó su bautismo masivo o expulsión, convirtiéndose la mayor parte en moriscos o cristianos nuevos, que mantienen clandestinamente sus costumbres y religión islámica. Esta forzada convivencia saltará por los aires con la rebelión morisca de 1568.

      Ladera abajo había un área habitada de unas dos has, dominada por un gran torreón de casi 13 m de frente, zona muy deteriorada por una repoblación forestal y un reciente camino de acceso.

      Restos de muro y torre artillada cristiana en el interior del castillo. © Fotografía: Pako ManzanoRestos de muro y torre artillada cristiana en el interior del castillo. © Fotografía: Pako Manzano

      Tendrá un especial protagonismo durante los últimos momentos del dominio musulmán y cuando se acordó la capitulación definitiva y los Reyes Católicos se dirigían a Almería en diciembre de 1489 para tomar la ciudad, pernoctarán en el castillo el día 25.

       

 

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