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Alto Andarax. Montañas de Leyenda

La Alpujarra se convirtió en el área más poblada y rica del antiguo Reino de Granada ya desde época medieval gracias a la producción de seda. Estas sedas andalusíes de Almería se comerciaban en los reinos cristianos del Norte o viajaban por el Mediterráneo a los confines más lejanos. Es un legado cultural poco conocido.

Pero lo más atractivo en la actualidad en este territorio del Alto Andarax, la antigua taha o distrito medieval del Andarax, con capital en Laujar, es el paisaje de contrastes, entre el llano del valle y las montañas espectaculares de Sierra Nevada o Sierra de Gádor, blancas en invierno, montañas de leyenda porque, además de su potencia visual, guardan muchas historias que debes conocer.

Es el paisaje alpujarreño en estado puro, dominado por una orografía difícil, una atractiva cubierta vegetal, la ladera como referencia visual, el agua como riqueza y sangre que da vida, y una población encantadora que nos acogerá con cariño para mostrarnos sus señas de identidad.

Alcazaba islámica y al fondo la trama urbana de Laujar de Andarax. © Fotografía: Pako ManzanoAlcazaba islámica y al fondo la trama urbana de Laujar de Andarax. © Fotografía: Pako Manzano

 

    • Lorenzo Cara Barrionuevo (Arqueólogo e investigador), Joaquín Gaona Villegas (Centro de Interpretación Casa Palacio de Las Godoyas. Fondón) y Agustín Sánchez Hita (Investigador)

    • Cogemos la autovía A-92, nuestra ruta habitual, en este caso en dirección a Poniente, hacia El Ejido, desviándonos por la salida 406 que nos lleva por la A-347 en dirección a Berja y Laujar, una ruta muy atractiva, especialmente en invierno, disfrutando de unas magníficas panorámicas de La Alpujarra y la presencia, siempre imponente, de Sierra Nevada al fondo.

      Justo a la entrada a Laujar un desvío señalizado nos conduce por la AL-5402 hasta Paterna del Río, en un entorno privilegiado a 1200 m de altura.

      A continuación regresamos a Laujar por la misma carretera provincial, dejando el coche aparcado en el entorno de la Plaza Mayor de las Alpujarras, centro urbano del municipio. Posteriormente continuaremos nuestra ruta cultural y patrimonial hacia Fondón por la A-348, a donde llegaremos en unos escasos 2 kms. Antes de realizar la visita a Fondón nos acercamos a la barriada de Benecid, situada justo al otro lado del valle, y para ello continuamos por la carretera de acceso apenas 500 m más allá y un desvío por la AL-4400 nos conduce a esta pedanía en apenas 2 kms de carretera estrecha entre olivos.

      Pilar Seco en Laujar de Andarax. Las fuentes y el agua como recuerdo hispanomusulmán de una cultura que mima el agua. © Fotografía: Pako ManzanoPilar Seco en Laujar de Andarax. Las fuentes y el agua como recuerdo hispanomusulmán de una cultura que mima el agua. © Fotografía: Pako Manzano

      Detalle de la armadura de limas moamares de la iglesia de San Juan Evangelista de Paterna del Río. © Fotografía: Pako ManzanoDetalle de la armadura de limas moamares de la iglesia de San Juan Evangelista de Paterna del Río. © Fotografía: Pako Manzano.

      El regreso a Almería se realizará por la A-348 hasta conectar con la A-92. Pero tenemos una sorpresa final antes de retornar a Almería.

      Tras dejar Fondón por la A-348 una cuesta algo pronunciada nos permite coronar esta pequeña sierra para pasar al Valle del Andarax pero en su vertiente litoral. Justo al coronar un camino de tierra, situado a la izquierda y cerrado por una cadena, nos conduce en aproximadamente un km a las ruinas del llamado Cortijo de las Paces.

 

Programa

    • PAISAJE MORISCO Y VISIÓN DEL CASTILLO DE INIZA

      Pocos paisajes pueden presumir más que este de Paterna de su relación con el pasado hispanomusulmán y la profunda huella morisca. Nos remontamos a una colonización yemení y de gentes del Atlas acostumbradas a la dureza del territorio, creando ese escalonamiento con casas de piedra, con techo de launa, semejante a poblados del otro lado del Estrecho, en un profundo barranco encajado al pie de la sierra y en la falda sur del Morrón del Chullo (2609 m de altura), con su manto blanco en invierno, en una pendiente del 70%.

      Vista general de Paterna del Río con su paisaje aterrazado de herencia hispanomusulmana. © Fotografía: Pako ManzanoVista general de Paterna del Río con su paisaje aterrazado de herencia hispanomusulmana. © Fotografía: Pako Manzano

      En la Edad Media cada núcleo de población era centro de un linaje, formado por los descendientes de una persona de prestigio y practicaban la solidaridad entre ellos. Paterna estaba dividida en cuatro barrios, con servicios comunes de mezquita, agua, bosque y ganadería.

      La contemplación de este paisaje y la panorámica general sobre Paterna del Río la debemos hacer en una parada frente al casco urbano, al otro lado del profundo barranco y antes de acceder a la localidad, en una amplia anchura a aproximadamente un km de la localidad.

      Al fondo y a la izquierda del caserío podemos reconocer el castillo de Iniza, que domina una amplia zona que se extiende por la Alpujarra media y el río Alcolea. La plataforma sobre la que se asienta tiene planta romboidal; una torre con aljibe ocupó su centro en el siglo X. A levante se extiende otro recinto mayor, construido en la segunda mitad del siglo XII.

       

      TRAMA URBANA E IGLESIA MUDÉJAR DE SAN JUAN EVANGELISTA

      A distancia, al otro lado del profundo barranco, reconocemos una trama urbana de pueblo blanco alpujarreño de volúmenes puros, terrado plano de launa y una orientación preferente al Sur. El caserío está dominado por la altura sobresaliente de la iglesia y se adapta al escalonamiento en pendiente de La Alpujarra. Todo son sensaciones de luz, color, agua y paz.

      El elemento patrimonial más sobresaliente es la iglesia de San Juan Evangelista, uno de los mejores ejemplos de arquitectura mudéjar almeriense. El mudéjar representa la herencia musulmana que se resiste a morir. Es el estilo genuinamente hispánico por excelencia, de síntesis entre o musulmán y lo cristiano, sencillo, funcional y bello. Por todo esto, a la par que por ser fruto de un profundo y real mestizaje cultural, que la política no fue capaz de desarraigar, tuvo una larga pervivencia entre nosotros.



      Volumen exterior de la iglesia de San Juan Evangelista. © Fotografía: Pako ManzanoVolumen exterior de la iglesia de San Juan Evangelista. © Fotografía: Pako Manzano

      Consiste en la síntesis de elementos constructivos y decorativos cristianos y musulmanes, con una utilización de técnicas, materiales y mano de obra fundamentalmente musulmana, mientras su religión fue permitida (mudéjares), y moriscos después de la conversión forzosa. Los materiales y sistemas constructivos son de raíz hispanomusulmana: ladrillo, mampostería, yeso, madera..., como materiales autóctonos, sencillos y de tradición popular. Tendrá una amplia difusión por la baratura de los materiales, la rapidez de ejecución y el menor coste de la mano de obra morisca.

      Esta iglesia fue construida entre 1541 y 1548 y es excepcional la conservación de su armadura original, no destruida durante la sangrienta rebelión morisca de 1568. Responde al modelo de iglesia de tres naves separadas por pilares rectangulares, con capilla mayor independiente y avanzada, que crea un interior espacioso de planta basilical.

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      Interior de la iglesia. © Fotografía: Pako ManzanoInterior de la iglesia. © Fotografía: Pako Manzano


      La diferenciación de la capilla mayor y su valor como eje visual del interior se subrayaba con el uso de azulejos en los escalones de acceso y rodeando la propia capilla mayor, elementos estéticos de tradición mudéjar que lamentablemente han desaparecido. Tampoco es original la presencia de los contrafuertes exteriores, adosados en fechas recientes para apuntalar los empujes de las bóvedas, lo que fue costeado por los propios vecinos.
    • La nave central presenta una rica armadura de limas moamares, típica del segundo tercio del siglo XVI, con tablones en las esquinas, mientras que las naves laterales mostraban armaduras en colgadizo, aunque serán sustituidas en el XVIII por bóvedas encamonadas de cañizo y yeso, que son las que actualmente perduran. Se conserva de la armadura original los tirantes y los pares, mientras que la tablazón de fondo es fruto de diversas reparaciones.

      Pero el elemento más espectacular es la extraordinaria galería de cabezas de personajes en forma de canes antropomórficos apoyando en la pared los tirantes de la armadura de la cubierta. No se aprecian en toda su riqueza y variedad por su ubicación, pero constituyen todo un repertorio de la mentalidad y las preocupaciones de la sociedad almeriense del siglo XVI.

    • Can antropomórfico sosteniendo un tirante de la armadura, con la representación del busto de un monje. © Fotografía: Pako ManzanoCan antropomórfico sosteniendo un tirante de la armadura, con la representación del busto de un monje. © Fotografía: Pako Manzano

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    • TRAMA URBANA Y ALCAZABA

      En la Edad Media Laujar se componía de cuatro barrios o alquerías islámicas: Zoco y Alhiçan integrados en el casco urbano, mientras que Camacín y Hormica se ubicaban en plena vega y quedaron despoblados tras la rebelión morisca, todos unidos por una mezquita común, situada en el centro. Este urbanismo descentralizado con servicios comunes ya lo hemos visto en Paterna del Río.

      Vista general de Laujar de Andarax. © Fotografía: Pako ManzanoVista general de Laujar de Andarax. © Fotografía: Pako Manzano

      El resto hispanomusulmán más importante es la Alcazaba, situada en un promontorio que permite observar el valle. Presenta planta rectangular alargada y sigue el modelo de castillo califal de itinerario para controlar el camino de Sierra Nevada. Presenta torres rectangulares huecas de 8 X 4,5 m, en mitad de los lienzos, de poco saliente y cuadrada en los ángulos, y alcanza una extensión de 3.600 m2.

      Sería levantada en tiempos de Almutasim para defender la zona de los ataques del rey de Granada. Con la conquista cristiana fue derribada y en su interior se levantó un baluarte. No sabemos donde se asentaría la corte palaciega de Aben Humeya (castellanizado Fernando de Valor) y después Aben Aboo durante la rebelión morisca de 1568-1570, aunque las crónicas si nos recuerdan la represión de las tropas castellanas, pasando a cuchillo a los supervivientes moriscos. Todo un mundo de horror e intransigencia.


      Restos de la muralla y una torre de la Alcazaba. © Fotografía: Alfonso Ruiz Restos de la muralla y una torre de la Alcazaba. © Fotografía: Alfonso Ruiz 

      EXPANSIÓN CRISTIANA Y PLAZA MAYOR DE LAS ALPUJARRAS

      Frente al primitivo asentamiento musulmán en el barrio de Alhizán (el castillo o fortaleza), con calles tortuosas y manzanas pequeñas, dispuestas concéntricamente en torno al cerro de la Alcazaba, el Laujar cristiano crecerá a Poniente, pero manteniendo la tradición intimista del urbanismo musulmán de calles estrechas y pequeñas, con plazoletas dominadas por una fuente o pilar. El agua y las fuentes salpicando la trama urbana, remansos de paz, es una herencia también islámica, de una cultura procedente del desierto que mima el agua como bien escaso.

    • Destacan la Casa del Vicario en la calle San Miguel, bajo el volumen de la iglesia (típica casa señorial de la baja nobleza rural, con su portada, escudo de armas y la organización interior en torno a un patio primitivamente descubierto), y la propia iglesia parroquial de Ntra Sra de la Encarnación, de exterior mudéjar pero con una profunda remodelación barroca (1686) y un magnífico retablo.

      Son elementos de la tradición cristiana y la Edad Moderna posterior al mundo hispanomusulmán, pero que no podemos dejar de disfrutar, aunque le dedicaremos un interés específico más adelante, durante el itinerario de la Almería Barroca. Dentro de ese planteamiento amplio de disfrute cultural podemos acercarnos a la ermita de la Virgen de la Salud o las ruinas del antiguo convento de San Pascual Bailón.


    • Plaza Mayor de las Alpujarras con el Ayuntamiento y la iglesia al fondo. © Fotografía: Pako ManzanoPlaza Mayor de las Alpujarras con el Ayuntamiento y la iglesia al fondo. © Fotografía: Pako Manzano 

      En la Plaza Principal sobresale la sencilla pero neoclásica imagen del Ayuntamiento, de finales del siglo XVIII, y una espléndida fuente construida en 1684, con los pilones separando el uso de personas y bestias. Al otro lado de la calle, nos acercamos al mirador sobre el valle, una experiencia que no podemos olvidar.
       

    • IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y MUESTRA ETNOGRÁFICA. BENECID

      A la entrada de Benecid encontramos esta iglesia de San Juan Bautista, sencillo templo mudéjar en el ámbito rural, con una sola nave, presbiterio casi indiferenciado y una armadura de limabordón. Pero lo más interesante es su camarín decorado con pinturas al fresco de finales del siglo XVIII y especialmente la decoración con esgrafiados en el muro exterior tras la cabecera, con formas geométricas y algunas figuraciones antropomorfas, que nos hablan de la pervivencia de la huella islámica de la abstracción y el geometrismo.

      Volumen general y cabecera de la iglesia de San Juan Bautista de Benecid (Fondón). © Fotografía: Alfonso RuizVolumen general y cabecera de la iglesia de San Juan Bautista de Benecid (Fondón). © Fotografía: Alfonso Ruiz
      Detalle de la decoración esgrafiada con motivos antropomorfos en la misma pared exterior de la cabecera. © Fotografía: Alfonso RuizDetalle de la decoración esgrafiada con motivos antropomorfos en la misma pared exterior de la cabecera. © Fotografía: Alfonso Ruiz

      Pero no debemos dejar de visitar el Centro de Interpretación del Patrimonio Cultural “Río Andarax”, organizado por el tesón del etnólogo e investigador Agustín Sánchez Hita. Fue creado hace un par de décadas para la conservación del medio ambiente y la protección del patrimonio histórico y etnológico mediante las líneas de educación ambiental, la educación para la paz y la integración social, la restauración, difusión y puesta en valor del patrimonio tradicional agrario alpujarreño. Conocido coloquialmente como Museillo, se trata de una vivienda tradicional donde se exponen 25 temas histórico-etnológicos representativos de antiguos modos vida desarrollados en la comarca.

      Debemos contactar con el Ayuntamiento para conocer los horarios de apertura, pero la visita y el regreso prometido al pasado serán muy sugerentes.

       

    • TRAMA URBANA E IGLESIA DE SAN ANDRÉS

      De la presencia musulmana se mantienen los elementos de las estructuras agrarias moriscas: sistemas de riego y acequias, atomización parcelaria, policultivo de regadío y persistencia de un cultivo de antigua tradición morisca, el moral. Muchas veces las huellas culturales y patrimoniales del pasado no son elementos monumentales sino tradiciones o actividades económicas.

      El elemento más sobresaliente del nuevo poblamiento cristiano será la iglesia de San Andrés. Su antecedente es la mezquita, consagrada como iglesia en 1505. Como muchas otras iglesias será quemada por la rebelión de los moriscos. El gusto barroco hizo que se cubriera la armadura mudéjar original con bóvedas superpuestas de cañizo con esparto, madera y estuco. A finales del siglo XVIII se construyó el camarín del Santo Cristo de la Luz, decorado con unos magníficos frescos, y se sobre elevó un cuerpo la torre porque los vecinos se quejaban de no oír bien las campanas.



      Vista general de la iglesia de San Andrés de Fondón. © Fotografía: Pako Manzano Vista general de la iglesia de San Andrés de Fondón. © Fotografía: Pako Manzano

      Destaca la abundancia de casas señoriales de los siglos XVII y XVIII, representativas de una pequeña nobleza rural. Presentan una planta cuadrada dispuesta alrededor de un patio porticado, cuyas galerías se sostienen sobre zapatas de madera. Destaca la de Fernando Aguilera, antigua almazara de Fondón, junto a la Fuente-Pilar de Carlos IV, monumental abastecimiento de agua a la población con dos caras o pilones para diferenciar hombres y animales.

      Fuente Grande o de Carlos IV. © Fotografía: Pako ManzanoFuente Grande o de Carlos IV. © Fotografía: Pako Manzano

      CENTRO DE INTERPRETACIÓN CASA PALACIO DE LAS GODOYAS

      Situado en una casa señorial de comienzos del siglo XVIII, abre sus puertas en agosto de 2011 como centro expositivo y cultural del ayuntamiento de Fondón con la finalidad de conservar y difundir el patrimonio local y alpujarreño. Desde sus inicios ha sido gestionado por un grupo de voluntarios y la mayoría de las piezas expuestas están en depósito por vecinos y colaboradores.

      De época islámica destacan una macabrilla (túmulo funerario en forma de losa de piedra o mármol señalizando la tumba y en ocasiones decorada con inscripciones religiosas o en alusión al difunto), algunas piezas cerámicas y un turbante del capitán moro y parte de las relaciones de la antigua función de Moros y Cristianos que se celebraron en Fondón hasta finales del siglo XIX.


      Centro de Interpretación Casa Palacio de las Godoyas. © Fotografía: Joaquín GaonaCentro de Interpretación Casa Palacio de las Godoyas. © Fotografía: Joaquín Gaona

    • CORTIJO DE LAS PACES

      Estamos en un lugar excepcional que inició una tragedia demográfica, económica y cultural: la expulsión de los moriscos. Hoy solo encontramos las ruinas de un cortijo, pero las crónicas del momento nos recuerdan que bajo una encina, hoy desaparecida, se negoció en junio de 1570 la rendición de los moriscos al mando del caudillo El Habaqui a las tropas cristianas mandadas por D. Juan de Austria, hermano de Felipe II, poniendo así fin a la sangrienta guerra de las Alpujarras, iniciadas en la Navidad de 1568.

      Ruinas del antiguo cortijo de las Paces. © Fotografía: Alfonso RuizRuinas del antiguo cortijo de las Paces. © Fotografía: Alfonso Ruiz

      Actualmente la memoria nos recuerda un sitio histórico, pero no hemos tenido capacidad de materializar esa huella del pasado. Poco después esa rendición se materializó en la Paz de las Alpujarras, en Padules, donde las tropas moriscas entregan las armas. Anualmente esta celebración constituye una cita para recordar.

      De regreso a Almería podemos desviarnos un momento para pasear por las calles de Almócita, dominada por el impresionante volumen de su iglesia mudéjar, cuya visita dejamos para un itinerario posterior. Identificamos la montaña, la ladera y el agua, tres elementos identificativos del paisaje alpujarreño y de la huella mudéjar, pervivencia de la cultura hispanomusulmana.

      Vista general de Almócita. © Fotografía: Pako ManzanoVista general de Almócita dominada por el volumen de su iglesia mudéjar de Ntra Sra de la Misericordia. © Fotografía: Pako Manzano
       

Galería

Vista general de Paterna del Río Fotografía ©José Ángel Fernández
Iglesia mudéjar en Paterna del Río © Fotografía de José Ángel Fernández
Interior de la iglesia mudéjar en Paterna del Río © Fotografía José Ángel Fernández
Canecillos artesonado de la iglesia de Paterna del Río © Fotografía José Ángel Fernández
Canecillos artesonado de la iglesia de Paterna del Río © Fotografía José Ángel Fernández
Paisaje otoñal antes de llegar a Paterna del Río ©José Ángel Fernández
Restos del castillo de Iniza. Paterna del Río © Fotografía  M Navarro
Vista general de Laujar de Andarax  © Fotografía  M Navarro
Trama urbana. Laujar de Andarax © Fotografía M Navarro
Vista general de Laujar desde las ruinas de la alcazaba © Fotografía José Ángel Fernández
Camino de Benecid. Fondón © Fotografía M Navarro
Camino de Benecid. Fondón © Fotografía José Ángel Fernández
Iglesia de Bencid. Fondón © Fotografía José Ángel Fernández
Museillo de Benecid. Fondón © Fotografía M Navarro
Detalle de la fachada de la Casa palacio de las Godoyas ©Fotografía M Navarro
Exposición Casa Palacio de las Godoyas  © Fotografía José Ángel Fernández

 

 

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